Aprovechando la estructura organizativa por la que se rigen las asociaciones de vecinos (de acorde a los estatutos vigentes), se configura a la institución vecinal como un juego de puzle de edificación piramidal imaginario, aplicándose un sistema de intercomunicación dentro de unos márgenes y parámetros comunes en el funcionamiento social, pues todos y cada uno de los asociados (usuarios) tienen el mismo valor, independientemente del lugar o posición que ocupe en el organigrama de la asociación.

En este apartado se pone a disposición del asociado un sistema de gestión vecinal, el cual ofrece una herramienta en forma de “regleta” que permite empatar y conectar de manera equilibrada y fluida las distintas sensibilidades y emociones de la gente, a la vez que favorece la interlocución dinámica y amistosa en las relaciones personales, posibilitando con ello alcanzar mayores acuerdos pactados y consensuados, sin imposición o injerencias de ningún tipo. El sistema lleva aparejado un espíritu de colaboración.